Abre los ojos
Abre los ojos (1997)
Curiosidades
Rodando la escena de la Gran Vía, se tuvo que repetir, con el consiguiente perjuicio económico para la productora, porque cuando estaba Eduardo Noriega más metido en su papel, apareció de una bocacalle Santiago Segura. Venía con unos amigos de pasar una noche de juerga por Tribunal-Chueca y se encontró con el pastel.
La película se inspiró en "El estudiante de Praga" (1913) de Paul Wegener.
Amenabar no estaba seguro de si al final iba a trabajar toda la película con Eduardo Noriega y en la escena de Madrid vacío le dijo que no volviese la cabeza por si tenía que cambiarlo. Para que no lo cambiase volvió la cabeza.
Al final del film, se explicaba que el sueño implantado a Eduardo Noriega se había convertido en pesadilla por una jugarreta de su subconsciente, pero la idea original era que la máquina que le provocaba el sueño había fallado y por eso le provocaba esos transtornos. Amenabar se decidió por utilizar la primera explicación, aconsejado por el productor Jose Luis Cuerda.
El primer título con el que se bautizó la película era: "El Contrato", referido seguramente a uno de los sueños que tiene Noriega, en el que ve como firma el contrato de su criogenización.
En la escena en la que aparece Alejandro Amenabar, cuando Eduardo Noriega está vomitando en el baño, otro de los que aparece junto a Amenabar es Mateo Gil, director de "Nadie conoce a nadie".
Al principio de la película, al final de la Gran Via, si uno se fija, puede ver gente agolpada detrás de una barrera policial.
Debido a la compleja trama de la película Amenábar rodó seis finales diferentes hasta poder decidir cuál era el mejor de todos.
Al principio de la película, cuando el protagonista se encuntra en plena Gran Via madrileña totalmente desierta, se puede observar, cuando el plano se abre, un señor asomado en un balcón en la parte derecha de la imagen por encima del semáforo.
Cuando Noriega está en el psiquiátrico y le quita el mando a un interno y se pone a zapear, vemos que en un canal sale un plano de Amenabar con una cámara en la mano que está sacado de un corto suyo: llamado "Himmenóptero".
Cuando Eduardo Noriega está en los aseos de la discoteca con la máscara quitada, el último chico que sale riendose de su cara es Alejandro Amenábar. En concreto es el último en salir.
