Amadeus

Amadeus (1984)

Curiosidades

La visión que tiene Salieri sobre la escena de “Don Giovanni” en la que irrumpe la estatua viviente (acto II, cuadro V), está totalmente fuera de contexto y no tiene nada que ver con el verdadero argumento de la obra. No se trata de que el fantasma del padre de Don Juan regrese de la muerte para atormentar a “su pobre hijo”: la estatua en cuestión es la del Comendador de Sevilla, asesinado por Don Juan cuando intentaba evitar que el libertino sedujera a su hija Doña Ana y que vuelve convertido en fantasma para castigar a su asesino. El Don Juan de la ópera de Mozart es un malvado arrogante y sin escrúpulos y en ningún caso el héroe romántico de otras versiones del famoso mito español. El libreto de Lorenzo Da Ponte se inspiraba (o más bien plagiaba) la célebre obra teatral de Tirso de Molina “El burlador de Sevilla y convidado de piedra”, en el que la perversa y abyecta conducta Don Juan acaba por granjearle la condenación eterna en el Infierno.
La supuesta inquina de Antonio Salieri hacia Mozart no es más que una leyenda sin fundamento histórico. Aunque al parecer es cierto que Mozart vio cómo Salieri le quitaba el puesto de profesor de música de la princesa de Wurtemberg, eso no significó que entre ellos hubiera enemistad personal. En aquellos tiempos los celos y envidias entre compositores (las estrellas de la música de la época) eran tan comunes como entre los artistas actuales. El propio Mozart admitía sentir gran envidia de otros maestros como el difunto Haendel, del que admiraba la elevada posición que éste había llegado a alcanzar como compositor de la corte inglesa. O incluso del propio Salieri, cuyo gran prestigio le aseguraba disponer de numerosos y buenos alumnos, algunos tan brillantes como Beethoven, Liszt y Schubert. Salieri también tuvo como pupilo a Karl Mozart, hijo de Wolfgang, lo que desmiente la supuesta rivalidad entre ambos compositores. La leyenda de que Salieri envenenó a Mozart movido por la envidia, tiene su origen en un drama en verso escrito por Alexander Pushkin en 1830. En 1896, el compositor Rimski-Korsakov compuso una célebre ópera titulada "Mozart y Salieri" basada en dicho drama. En estos y otros elementos similares se basó el británico Peter Shaffer para escribir su exitosa obra de teatro "Amadeus", que dio origen a la película. El actor Simon Callow obtuvo un papel en el film debido a que los productores pusieron mucho interés en contar con su presencia porque había interpretado a Mozart con gran éxito en la obra original de Peter Shaffer en los escenarios de Londres. En la película, Callow interpreta a Emmanuel Schikaneder, famoso actor y empresario teatral vienés y uno de los mejores amigos de Wolfgang en la vida real. También fue el autor del libreto de "La flauta mágica", considerada la obra cumbre de Mozart. A pesar del éxito y la fama de los que gozó ya en vida, Mozart andaba crónicamente sin un céntimo, y tanto él como su esposa e hijos (tuvieron seis, de los que les sobrevivieron dos) se las veían y se las deseaban para salir adelante. Pero ello no se debía a que, como se cuenta en el film, Salieri y los demás músicos de la corte de Viena le estuvieran boicoteando. Sus problemas económicos venían del hecho de que Mozart era un jugador empedernido y frecuentaba las casas de juego asiduamente. Además, era muy malo con los naipes y casi siempre salía perdiendo. Mozart falleció de fiebres reumáticas (enfermedad infecciosa muy común y mortal en la época), el 5 de diciembre de 1791 en su piso de Viena rodeado de sus familiares y amigos, no en compañía de Salieri como se describe en el film. Tuvo un funeral decente en la catedral de San Esteban al que asistieron numerosos amigos y seguidores. Siguiendo la costumbre de la época, fue enterrado al anochecer en el cementerio de Sankt Marx, en una tumba comunitaria provisional (no en una fosa común) a la espera de que su esposa reuniera el dinero para darle una tumba individual adecuada. Por desgracia, para cuando Constanza pudo disponer del dinero, ninguno de los sepultureros fue capaz de recordar el lugar exacto en que habian depositado el cadáver, por lo que su localización sigue siendo un misterio hasta el día de hoy. A pesar de lo que se cuenta en el film, el verdadero Antonio Salieri fue animado desde pequeño por sus padres a hacer carrera en la música, siguiendo los pasos de su hermano mayor, Francesco, un notable violinista.
Cuando Mozart está tocando el piano al revés hay un momento que sale un muchacho sonriendo con cierto parecido a Beethoven, parece un guiño al encuentro que tuvieron los 2 compositores en Viena.
F. Murray Abraham cuenta que en el bellísimo hotel de Praga donde se alojó el equipo de rodaje le tocó compartir su habitación con un compañero muy desconfiado que estaba convencido de que los comunistas habían escondido micrófonos para espiar sus conversaciones. Empezó a buscar frenéticamente por todos sitios hasta que, finalmente, encontró una placa metálica atornillada en el suelo debajo de una alfombra. "¡Ajá!", le dijo a Abraham. ¿Lo ves? ¡Tenía razón!. Y se puso a desatornillarla con un pequeño cuchillo de cocina. Cuando sacó el último tornillo se oyó un gran estruendo: había desatornillado el anclaje de la enorme lámpara de cristal de la suite inferior... Murray Abraham y su desconfiado compañero bajaron rápidamente a comer antes de que nadie hiciese averigüaciones.
El primer día que Milos Forman y el equipo de rodaje entraron en el Teatro Nacional para localizar los lugares donde se instalarían las cámaras, Peter Shaffer (autor de la obra de teatro Amadeus y del guión de la película y gran conocedor y amante de la música de Mozart) desapareció durante unos minutos. Milos Forman lo encontró escondido y llorando en un pasillo lateral. Shaffer estaba emocionado al saber que estaba pisando exactamente el mismo Teatro en el que Mozart estrenó su ópera Don Giovanni dos siglos atrás.
El cuatro de julio de 1983, fiesta nacional en los EE.UU., el equipo de "Amadeus" estaba a punto de empezar el rodaje de una de las escenas más espectaculares en el Teatro Nacional y cuando Milos Forman dijo "¡Acción!" en lugar de oírse la música de Mozart que debía sonar en ese momento se oyeron los acordes del himno nacional y todos (equipo técnico americano y extras checos) se pusieron en pie y comenzaron a aplaudir y a cantarlo. Todos, excepto una treintena de extras que no sabían qué hacer y miraban alucinados a todas partes. Eran miembros de la policía secreta que estaba vigilando el rodaje por orden del gobierno checo.
En una de las tomas de la representación de don Giovanni el actor y cantante checo Karel Fiala llevaba una larga pluma de pavo en el sombrero y, al girarse para responder al fantasma de su padre, el Comodoro, la pluma se prendió fuego y la cabeza del actor empezó a arder poco a poco sin que éste se diera cuenta y ante la atónita mirada de los extras que contemplaban la escena y que no se atrevían a intervenir. Sólo un bombero se atrevió a levantar la voz para decirle a Milos Forman: "Señor, su actor está ardiendo". Al parecer cuando la cámara está rodando es un momento sagrado y no se puede interrumpir por tonterías como esa.
Las escenas de ópera fueron rodadas en un auténtico teatro, no en un plató. Se trata del Teatro Nacional, que era completamente de madera e incluso se iluminaba con farolas de gas en lugar de electricidad. Como lugar de rodaje era magnífico pero también muy peligroso, ya que podía prenderse fuego con mucha facilidad y todas las escenas rodadas en él se hicieron con la luz de miles de velas. 30 ó 40 miembros del Cuerpo de Bomberos de Praga estaban dispuestos entre bastidores para intervenir en el caso de que la estructura de madera se incendiase.
La película fue rodada íntegramente en Praga, Checoslovaquia, ciudad natal de Milos Forman, ya que según el director "la incompetencia y dejadez del régimen comunista había permitido que la ciudad mantuviese el aspecto y las infraestructuras propias del siglo XVIII". En el casco viejo de Praga (el llamado Hrad o "castillo") no había carteles publicitarios ni otros elementos propios del siglo XX, y bastó con cambiar unas cuantas farolas para convertirla en la Viena de Mozart...

Autores, bibliografía: Enrique VIII Tepasmas Arthur Rafadurden