Nunca me abandones

Never Let Me Go (2010)

Curiosidades

Para Mark Romanek, el trío formado por Carey Mulligan, Keira Knightley y Andrew Garfield llegó a ser superior a la ya importante suma de sus partes. "Me dejaban continuamente atónito con la emotiva inteligencia que aportaron a sus papeles; y, sin embargo, siempre enfocaban su trabajo con un sentido de diversión y liviandad. Cada uno trabaja a su manera -Andrew lo hace de una forma muy inmediata y sorprendente; me parece que Keira es muy cerebral y Carey es una increíble alquimista- pero, juntos, lo dan todo para hacer que esta historia sea tan fascinante y coherente como sea posible. No se limitan a recitar su papel. Estos actores crean obras de arte, lo que resulta pasmoso teniendo en cuenta su edad".
"Trabajar con Carey y Keira fue una alegría", comenta Andrew Garfield. "Fue como ir al parque a jugar cada día, una experiencia muy natural y muy hermosa. Todos queríamos lo mismo -tratar el relato, el sentimiento y los personajes con respeto- y en ello, confiamos los unos en los otros".
Andrew Garfield también fue conquistado por la historia de amor entre Tommy y Kathy. "Es como si fueran dos imanes que siempre se atraen mutuamente pero que, de alguna forma, se mantienen separados", comenta. "Es algo exquisito y, para ellos, algo que cambia el mundo, pero que también los obsesiona por la sensación de que han perdido tanto tiempo y tan precioso".
Para Andrew Garfield, que había leído la novela y había quedado cautivado por ella, fue un gran honor interpretar a Tommy. "Para mí era una enorme responsabilidad tratar de encarnar al Tommy que Ishiguro ha creado", confiesa.
"Andrew fue una de las primeras personas que realizó una prueba para el papel de Tommy y tan pronto como lo vimos, saltó a la vista que era él", recuerda Allon Reich.
Para darle vida a Tommy, los realizadores corrieron el riesgo de contratar a un joven actor que estaba justamente empezando a destacar. Andrew Garfield volvió locos a los críticos con su papel de joven ex presidiario que cometió un terrible crimen cuando era un niño en el drama británico, aclamado por la crítica, "Boy A".
Mark Romanek añade que "Carey y Keira, amigas en la vida real, aportaron una tangible sensación de cercanía a sus respectivas interpretaciones. No creo que dos actrices que hubieran sido dos desconocidas, por buenas que fuesen, pidieran haberlo reproducido de la misma forma".
Otro atractivo para Keira Knightley era la ocasión de volver a trabajar con Carey Mulligan, con quien había entablado amistad cuando Mulligan interpretó a su hermana en "Orgullo y prejuicio". "Carey es una actriz fenomenal y me encantó reunirme de nuevo con ella", afirma Keira Knightley. "Le da a Kathy una fuerza que resulta intrigante. Es un papel dificilísimo y me sentí fascinada simplemente viéndola crear el personaje".
La amistad que en la vida real une a las dos caracterizó aún más sus actuaciones. "Es mucho más fácil emprender cosas difíciles cuando uno conoce bien a alguien", comenta Carey Mulligan. "Había algo completamente instintivo en nuestra relación en la pantalla, y lo que Keira hace en la etapa de "Cumplimiento" de la película es lo que consigue que todo ello resulte tan desgarrador".
Keira Knightley admite que le costó lo suyo meterse dentro del equívoco corazón de Ruth. "La primera vez que leí el guión juzgué a Ruth con gran dureza. Ella trata de destruir la felicidad de dos personas, y yo tenía que tratar de averiguar por qué alguien hace esas cosas", explica. "Pero eso es lo que hace que mi trabajo sea tan interesante. Al final, llegué a ver las acciones de Ruth como resultado de haber crecido sin padres y de no haber tenido jamás realmente el amor que necesitaba. Así que cuando ve que sus dos amigos del alma se enamoran, su inmediata respuesta son unos celos profundos. Al cabo, descubrí una enorme simpatía por Ruth. Lo que hace no tiene excusa y, sin embargo, yo entiendo sus motivos y me da lástima".
Carey Mulligan afirma sobre la novela que "al leerla por primera vez, tuve la sensación de que Kathy podría dar la impresión de ser un personaje casi pasivo porque, de los tres amigos, ella es la que se enfrenta con su situación de la forma más moderada y entierra todos sus sentimientos. Pero con Kathy, todo ocurre bajo la superficie, que, en mi opinión, es lo que la hace ser interesante a más no poder".
Carey Mulligan ya había leído la novela cuando se reunión por primera vez con los realizadores, impresionándoles con la debilidad personal que sentía por la obra y con la compasión que le inspiraba Kathy.
Para interpretar a Kathy, los realizadores eligieron a una de las jóvenes estrellas más prometedoras que actualmente pueden hallarse en Gran Bretaña y en los EE. UU., Carey Mulligan, que atrajo la atención del mundo con su increíblemente naturalista actuación en el papel de una prometedora adolescente que se ve envuelta en una aventura amorosa con un estafador de mucha más edad en "An education", logrando en 2009 una candidatura al Oscar a la mejor actriz.
"Lo más importante era hallar actores que tuvieran una profunda afinidad con los personajes y con el libro", dice Mark Romanek. "Para hacerlo, sometimos a pruebas a muchos de los actores jóvenes de más talento de Inglaterra".
Darle cuerpo a la película supuso en primer lugar encontrar actores que pudieran dar vida a los tres principales e inusitados personajes. Aunque habían sido concebidos para un desenlace aparentemente inhumano, los personajes tenían que dar la impresión de ser personas conmovedoramente reales que se vieran metidas en medio de un tórrido triángulo amoroso al pasar de la inocencia de la infancia al sobrecogedor conocimiento del destino que les aguarda como adultos.
Mark Romanek también quedó encantado con la adaptación de Garland. "Era una síntesis verdaderamente hábil e inteligente de las complejas ideas y la emoción del libro", comenta. "Igual que había hecho al final del libro, lloré al acabar el guión. Alex escribe con un estilo muy minimalista. Este guión era muy escueto y directo, y eso resultaba emocionante porque daba la sensación de sólo estar esperando a un realizador que le diera cuerpo".
"Mi reacción ante el relato, que me pareció tan audaz y hermoso, fue fuerte y extraña. No podía dejar de pensar en ella y comencé a soñar con llevarla al cine", asegura Mark Romanek.
Mark Romanek afirma haberse sentido atraído por la novela de Ishiguro precisamente porque sabía que nunca podría pretender que fuera una película de apariencia normal. El director sabía que tendría que idear formas de crear un mundo en la pantalla que, sin ser el nuestro, resultara no obstante conmovedoramente familiar; tenebroso y enigmático aunque matizado de alegría humana sin manipular; desolado pero lleno de una belleza que le diera vida, y el reto no podía estimularle más.
Ishiguro se mostró de acuerdo con la elección del director. "Mark es capaz de crear lo que, superficialmente, podrían parecer imágenes normales, pero bajo esa apariencia, están llenas de estremecimiento y posibilidades", dice el autor sobre Romanek. "Está cerca del tipo de sentimiento que yo trato de lograr como novelista, en el sentido de que lo que parece ordinario no lo es y nunca falta una sensación de desasosiego que se abra camino".
Una vez que el guión estuvo terminado, los productores se enfrentaban a otro reto: encontrar a un director que pudiera aportar poesía y elegancia visual al fantasmagórico, melancólico y, sin embargo, frecuentemente encantador mundo que Ishiguro había creado en sus páginas. Emprendieron la búsqueda de un talento original que poseyera una visión sin igual pero que también pudiera captar toda la sutileza y la profundidad del proyecto. Entonces, sin haberlo esperado ni pretendido, se puso en contacto con ellos el director de cine norteamericano Mark Romanek, un incondicional de Ishiguro que ya había caído rendido de admiración ante la novela. Romanek cogió a los productores por sorpresa. Había surgido de los mundos creativos de los vídeos musicales y de la publicidad, logrando después su primer éxito importante con el aclamado largometraje Retratos de una obsesión.
Poco después de haber logrado la aprobación de Ishiguro, Garland llevó el libro en su formato de prueba a los productores Andrew Macdonald y Allon Reich, de la destacada productora británica DNA Film. Macdonald y Reich quedaron inmediatamente enganchados. "El argumento de "Nunca me abandones" es increíblemente conmovedor", afirma Macdonald. "Es muy diferente de cualquier cosa en la que haya participado anteriormente. En el fondo, ésta es una trágica historia de amor. Con todo, no tenemos ni idea de lo que va a sucederles a los personajes y, al averiguarlo, su destino no deja nunca de perseguirnos".
Garland se mantuvo muy fiel al diálogo de la novela y, más aún, buscó formas de recoger en la pantalla la sensibilidad del inconfundible estilo narrativo de Ishiguro, que crea su suspense basándose en lo que no se dice y en revelaciones comunicadas gota a gota, nunca todas en forma de torrente.
Como en la novela, Garland dividió el argumento en tres partes. En la primera, ambientada en Hailsham, conocemos a Kathy, Tommy y Ruth, que parecen escolares británicos normales aunque con extrañas diferencias. Aparentemente no tienen padres, les está prohibido abandonar el recinto de su colegio, no saben nada de la forma como funciona la sociedad y, tal y como su profesora, la señorita Lucy, acaba revelándoles, están siendo preparados para una vida de sacrificio en favor de otros. En la segunda parte, Kathy, Ruth y Tommy acaban los estudios e ingresan en un lugar llamado Las Casitas, donde, por primer vez, alcanzar a ver el mundo exterior y obtienen algunas pistas sobre cuál es realmente su origen. En el tercer y último segmento de la película -titulado "Cumplimiento"- Kathy, Ruth y Tommy aceptan todos ellos, de distintas formas, los errores del pasado, sus más profundas esperanzas y su destino final.
Ishiguro pasó a formar parte esencial del proceso de la película. Le dio a Garland total libertad creativa pero Garland opinaba que la aportación del autor era indispensable. "Ishiguro estaba muy involucrado leyendo borradores del guión en cada etapa y pasándome notas", explica Garland. "Nos ayudó a decidir dónde podíamos comprimir y podar el relato, y qué era aquello de lo que no podíamos prescindir en absoluto. Aun cuando él no participaba directamente, siempre sentí poderosamente su presencia al estar yo tan concentrado en crear una adaptación tan fiel como me fuera posible. Mi trabajo, a mi modo de ver, era el siguiente: tomar las ideas de Ishiguro y convertirlas en cinematográficas".
El manuscrito acabado de la novela en llegar a las manos del guionista Alex Garland, amigo de Ishiguro. Cuando leyó "Nunca me abandones", Garland no pudo dejar de atreverse a imaginarla en la pantalla. "El libro, los personajes y los temas me llegaron tan inmediatamente que casi llamé a Ishiguro a mitad de la lectura para pedirle los derechos cinematográficos. Tuve que contenerme hasta llegar al final del libro", recuerda Garland. Poco después, Ishiguro, que ya estaba siendo agresivamente perseguido por numerosos realizadores, accedió a otorgar su confianza a Garland. "Siento una gran admiración por Alex como guionista y como novelista y pensé que era sin duda la persona idónea para el proyecto", explica el autor.
La inspiración inicial le vino a Kazuo Ishiguro, autor de la novela en la que se basa la película, no de los anales de la ciencia, sino más bien de un deseo de moldear a un grupo de personajes cuyas vidas enteras tuvieran que ser comprimidas en un espacio de tiempo descorazonadoramente breve. Esta idea más amplia fue lo que, al cabo, le llevó a crear el biotecnológicamente avanzado mundo de novela, con sus "donantes" y sus "cuidadores", quienes, por la misma naturaleza de sus breves y sacrificadas vidas, plantean preguntas fundamentales acerca de nuestras propias vidas como "originales".

Autores, bibliografía: Tepasmas