Durante el rodaje en Lexington, Virginia, se puso a llover inesperadamente.
Steven Spielberg,
Tom Cruise y otras veinte personas del equipo fueron a una cafetería del pueblo a guarecerse de la lluvia y tomar un café mientras esperaban que escampara. Cruise observó que encima de la barra había una jarra con una foto de un niño llamado Ashley Flint. Ashley había sufrido un grave accidente con un kart unos meses antes y sus padres trataban de recaudar dinero para pagar al hospital. Cuando
Tom Cruise supo la historia, metió cinco mil dólares en efectivo en la jarra.