Espartaco

Spartacus (1960)

Curiosidades

El personaje de Varinia, que interpreta Jean Simmons, es totalmente ficticio. Aunque se sabe que Espartaco tenía una esposa o compañera que le acompañó durante toda su célebre epopeya, ésta era una hechicera de origen tracio como él. Según Plutarco, también tenía dotes adivinatorias y predijo el ascenso y caída de su compañero. Se desconoce su nombre y lo que fue de ella tras la derrota y muerte de Espartaco. El nombre "Varinia" fue probablemente sugerido a los guonistas por el de Publio Varinio, uno de los comandantes romanos a los que Espartaco derrotó durante la primera etapa de su revuelta.
Aunque en el film el personaje de Crixo, interpretado por John Ireland, aparece como un fiel lugarteniente de Espartaco al que sigue hasta el final, la realidad histórica fue muy distinta: el galo Crixo, el mejor gladiador de Capua, era tan popular o más que Espartaco entre sus compañeros por lo que al parecer ambos compartieron el mando de la rebelión en sus inicios. Sin embargo, mientras que Espartaco, tal y como se narra en la película, quería sacar a los esclavos de Italia y escapar así del yugo romano, Crixo era partidario de quedarse a saquear el país. Ambos decidieron separarse acompañados de sus respectivos seguidores. Crixo, mucho peor estratega que Espartaco, pronto se vio rodeado por el ejército romano, el cual le obligó a presentar una desesperada batalla en campo abierto en la que perecieron veinte mil esclavos rebeldes, incluyendo al propio Crixo. Se dice que, cuando le llegaron las noticias de la muerte de su camarada, Espartaco ordenó ejecutar a trescientos prisioneros romanos como represalia.
Para la escena en la que se exhibe el cadáver del gladiador etiope Draba como ejemplo para los demás esclavos, los técnicos de efectos especiales confeccionaron un muñeco de látex a imagen y semejanza del actor Woody Strode que debía aparecer colgado de unas cuerdas boca abajo. Sin embargo, al perfeccionista Stanley Kubrick no le gustaba el maniquí, ya que pensaba que el público se daría cuenta de que era un muñeco y estropearía toda la secuencia. Tras mucho discurrir, decidió pedir al propio actor que ocupara él mismo el puesto del muñeco. Para asombro de todos, Strode accedió a aparecer totalmente inmóvil y suspendido de una soga boca abajo durante varios minutos. El maniquí que no llegó a usarse estuvo expuesto a la entrada del almacén de los estudios Universal durante varios años.
La majestuosa piscina con columnas de mármol blanco por la que atraviesa Craso cuando llega a su villa a entrevistarse con Glabro, no es ningún decorado. Se trata de la piscina Neptuno del fastuoso castillo de San Simeón, en California, una megalomaníaca residencia construida por el magnate de la prensa W. R. Hearst para dar rienda suelta a sus delirios de grandeza. Entre otras cosas, el castillo contiene la sillería del coro de la catedral de Urgel, que Hearst compró y sacó de España ilegalmente e hizo instalar en su comedor. Acosado por las deudas, Hearst acabó arruinado y tuvo que ceder algunas de sus propiedades al Estado. En la actualidad San Simeón es un lugar de interés público abierto a los turistas.
El guionista Dalton Trumbo escribió el papel del pirata cilicio Tigranes Levantus especificamente para que lo interpretara Orson Welles. Sin embargo, Welles se encontraba en España de vacaciones en esos momentos y no quiso hacerse cargo del personaje. Herbert Lom fue contratado a última hora para sustituirlo.
Durante la pelea entre Espartaco y Marcelo sobre la marmita de la cocina, Kirk Douglas puso tanto entusiasmo que lesionó de verdad al actor Charles McGraw, el cual acabó con una costilla fisurada.
En la tablilla que Antonino, interpretado por Tony Curtis, lleva colgada del cuello cuando es presentado a Craso puede leerse: ANTONINVS-SICVLVS-ATE XXVI-LVSOR ET MAGVS-ATQ(VE) MVSICVS, lo que traducido quiere decir: "Antonino, siciliano, edad 26, ilusionista y mago. También músico". Estas tablillas existían realmente en la Roma republicana y eran portadas por los esclavos mientras se exhibían en el mercado o cuando eran presentados a sus nuevos amos. Obligatorias por ley, eran como una especie de "etiqueta" en la que debía especificarse el nombre, procedencia, edad y habilidades del "artículo" que se vendía.
Cuando se empezó a preparar el proyecto de la película, los productores se preocuparon de eliminar de los circuitos de exhibición todas las copias existentes de una homónima versión italiana anterior, el Espartaco (1952) de Riccardo Freda, protagonizado por Massimo Girotti y Gianna Maria Canale.
Kubrick recurrió a enanos, a los que colocó prótesis y falsos torsos para simular horribles mutilaciones en las escenas de la batalla de los esclavos contra las legiones romanas, en las que participaron 8.500 extras. Contó también con algunos mancos, a los que puso brazos falsos que luego arrancaban para fingir desmembramientos.
La Universal, que corría con parte de los gastos del desmesurado (para la época) presupuesto del film, no quería a Kubrick como director. Entonces Kirk Douglas cogió una de sus legendarias rabietas y amenazó a la productora con no portagonizar "Los vikingos", un éxito de taquilla asegurado, si no contrataban a Stanley. Al final la Universal cedió: Kubrick dirigió "Espartaco" y Douglas protagonizó la película de Richard Fleischer... Con lo cual la famosa productora se adjudicó dos taquillazos seguidos.
Aunque Anthony Mann abandonó la película y fue sustituído por Stanley Kubrick, el trabajo ya realizado por él se incluyó en el montaje final: suya es toda la escena de las canteras del inicio del film.
A pesar de que "Espartaco" fue un éxito descomunal, que supuso la consagración definitiva de Stanley Kubrick como director de prestigio, éste nunca se mostró satisfecho con el film. En una ocasión llegó a afirmar que la consideraba más bien un fracaso personal, ya que las presiones a las que se vio sometido, propias de cualquier superproducción, le impidieron hacer una obra más personal, teniendo que renunciar a muchas de sus ideas para la película.
Las discrepancias de Kubrick con Douglas durante el rodaje, hicieron que el director prometiera no volver a ponerse a la cabeza de un rodaje en el que no controlase todas las facetas del mismo.
Durante las seis semanas que duró el rodaje de la batalla, los productores contrataron a cientos de extras españoles para interpretar a los esclavos rebeldes y a los legionarios romanos. Incluso echaron mano de los soldados de un cuartel cercano.
Hay una curiosa anécdota sobre el "traveling" de los cadáveres de los esclavos apilados tras la sangrienta batalla: Kubrick le dio a cada uno de los más de trescientos extras un cartel con un número y luego fue numerándoles uno a uno diciendo en qué postura debían aparecer.
El guión es de Dalton Trumbo, basado en una novela de Howard Fast. Ambos perseguidos y represaliados durante la famosa "caza de brujas" del senador McCarthy. Kirk Douglas, productor del film, contrató a Trumbo a pesar de las presiones políticas, aunque se aprovechó de ello para pagarle bastante menos de los honorarios habituales de los guionistas de Hollywood.
Aunque la película se rodó casi integramente en terrenos propiedad de la Universal, en el Death Valley y en una playa californiana, la escena culminante, la de la batalla de Silaro, se rodó en España. Kubrick, que tenía pánico a volar, tuvo que hacer de tripas corazón y tomar el avión para venir a dirigir la secuencia. El vuelo de regreso fue el penúltimo de su vida.
Curiosamente, los papeles de esclavo fueron interpretados por actores americanos: Kirk Douglas, Tony Curtis, Jean Simmons... Sin embargo, los roles de los romanos opresores estuvieron a cargo de actores británicos: Laurence Olivier, Peter Ustinov, Charles Laughton...
Las fuentes históricas sobre la rebelión de Espartaco refieren una curiosa anécdota: en vísperas de la batalla final contra las poderosas legiones de Craso, los jefes de los esclavos rebeldes se apiñaban en torno a Espartaco manifestándole sus dudas y temores. En un momento de la reunión, Espartaco se puso en pie y mandó que le trajeran su caballo. Entonces desenvainó su espada y mató al animal de un certero golpe. Aterrados, sus lugartenientes le preguntaron por qué había hecho semejante cosa, a lo que Espartaco respondió: "Si mañana vencemos, tendré muchos caballos, pero si somos vencidos, no necesitaré ni éste". Al parecer esta escena fue desechada en la versión cinematográfica por la crueldad del acto de matar a un caballo de una estocada.
Las peleas entre los "divos" Kubrick (director) y Douglas (actor) durante el rodaje llegaron a extremos de verdadera enemistad. Poco después del estreno de la película, Kirk Douglas comentó a la prensa: "Hay personas que tienen talento y otras que son una mierda. Stanley Kubrick es una mierda con talento...".
La película iba a ser dirigida por Anthonny Mann, pero se peleó con Kirk Douglas (productor y protagonista) y acabó dirigiéndola Kubrick, que también casi abandona.

Autores, bibliografía: Arturo Zafra Arthur King Imágenes de actualidad. Victor Van Dort Fabio Tenegi David Solanes Venzalá