Crónica de un engaño

The Other Man (2008)

Curiosidades

La producción ha sido la primera en usar como localización de rodaje la recién remozada terminal de St. Pancras Station, en Londres. A Gemma Jackson (diseñadora de producción) le pareció que esta localización añadía realmente progresión narrativa a la película: "En el desenlace de la cinta, permanece una sensación de optimismo; sentimos ese enorme espacio en el que están cerca y a salvo. Se hacía necesario transmitir esa sensación de grandiosidad."
Rupert Sanderson estaba encantado de implicarse en el proyecto, y sorprendido de ver sus zapatos en primeros planos, irradiando desde la pantalla. Nos explica que cuando Richard Eyre acudió a ver su colección "éste se mostró particularmente motivado ante un zapato de salón de tacón alto muy simple que diseñé acabado en elegante punta, de una alta calidad muy favorecedora. Se trata de una silueta simple sin ningún tipo de punteo en absoluto." La importancia que los zapatos tienen en la película también fue otro motivo de atracción para Sanderson, dado que la nota que activa la cadena de acontecimientos se halla en un par de zapatos.
El diseñador de zapatos, Rupert Sanderson, se incorporó al equipo técnico para que diseñara la colección de calzado de Lisa Carentis, y para el aspecto de Lisa, Phoebe de Gaye (diseñadora de vestuario) se inspiró en parte en la plantilla de Rupert: "Cuando fui a hacerle una visita a Rupert, observé que la gente que trabajaba alrededor de él vestía muy bien, con elegancia, pero con discreción, y todo se centraba en el calzado, así que procuré conferir a Lisa ese porte."
Romola Garai se emocionó cuando se le ofreció el papel y comenta: "Desesperaba por trabajar con Richard Eyre. Posee esa sorprendente habilidad de hacer que parezca que la idea es tuya cuando haces algo con lo que él está encantado. Pondría muy en tela de juicio esa idea de que es preciso ser una persona difícil para ser un genio, dado que creo que él es la personificación absoluta de la razón por la que ello no se da. Resulta ser alguien cálido y generoso para con la gente, por lo que ésta desea complacerle."
A Antonio Banderas parecía que su papel era un encargo muy difícil de asumir: "A lo largo del proceso de reflexión acerca del personaje fui encontrando capas y capas y más matices en torno a él. Había muchas cosas que descubrir y casi que tuve miedo de detectar cosas en mí mismo que pudiera tener Ralph. De tal modo que no cabía sino hacer un ejercicio de sinceridad que podía devenir doloroso. Me obligaba a reflexionar acerca de mí mismo al mismo tiempo, la imagen que ofrecemos a la gente, tus características, la persona que realmente eres. En cierta medida, todas esas cosas se expresan en ese personaje, y he tenido que ser suficientemente valiente para sacarlas y devenir vulnerable, evitando actuar por fórmulas, sino descubriendo cada día quién es Ralph."
Richard Eyre estaba deseando trabajar con Antonio Banderas: "Recuerdo vívidamente ver a Antonio en uno de los primeros filmes de Pedro Almodóvar; desde entonces he visto todo lo que el actor ha hecho, y siempre me ha encantado, tanto por su ingenio como por sus cualidades como protagonista romántico, una combinación de tremendo encanto y un tipo de pasión e inteligencia que resulta más bien escasa."
Según explica Frank Doelger: "Una vez que tuvimos a Liam Neeson a bordo, teníamos que dar con alguien para encarnar al otro hombre que fuera completamente distinto. Fue cobrando conciencia de ello que Richard pensó por primera vez en Antonio Banderas, dado que todo acerca de ambos actores, tanto físicamente, como en lo temperamental, así como lo que cada uno de ellos aporta a la pantalla, se situaba en polos opuestos."
Liam Neeson estaba encantado de volver a trabajar con Laura Linney.
Tracey Scoffield recuerda, "Uno de los motivos por los que Liam Neeson se sintió atraído hacia esta historia reside en que su personaje atraviesa la gama entera de emociones humanas. Desde la inocencia positiva y la ignorancia feliz, hasta el descubrimiento de que su esposa ha tenido este affaire, y entonces, llevado por la ira, halla al amante, le acecha, y pretende hacerse amigo suyo; pero surge en nosotros la sospecha de que puede estar planeando asesinarlo. Cuando percibimos que está fuera de sí, su hija Abigail aparece para tratar de reencauzarle, y discuten; está muy preocupada. Finalmente, Peter cierra el círculo y se da cuenta de que va acabar por ser amigo de ese hombre."
El productor Frank Doelger opinaba que Liam Neeson era ideal para el papel, pues "es capaz de sugerir a un tiempo una amplia capacidad de contención y la denotación de que esa contención es pura fachada, tras la que se aloja un tormento emocional tremendo por el que el personaje atraviesa."
Para Liam Neeson, la ocasión de volver a trabajar con Richard Eyre era un motivo irresistible para asumir el papel de Peter: "Cuanto más leía el guión, más me enamoraba del mismo, aunque no fue hasta la cuarta o quinta lectura que comencé a enfocar el modo de encarnar a Peter. He trabajado con Richard en dos ocasiones en teatro, de tal modo que el acuerdo ya estaba hecho con antelación, cuando menos para mí... Ama y cuida sobremanera a los actores y la evolución de los mismos, y por ello no quiero dar a entender que sabe alimentar nuestro ego, sino que realmente se preocupa en profundidad por nuestro trabajo y la escena en la que estamos implicados. Igualmente, presta la máxima atención al equipo técnico, de tal modo que se crea un encantador clima de satisfacción en plató que suscita la creatividad sin fricciones que rechinen e interfieran. Conoce muy bien cada uno de los personajes, pues también es el guionista."
Es la tercera ocasión en la que Liam Neeson y Laura Linney dan vida a marido y mujer, habiendo colaborado asimismo en Kinsey, de Bill Condon. Richard Eyre bromea: "Me hace muy feliz seguir bendiciendo su matrimonio de ficción."
Tracey Scoffield explica: "El reparto fue siempre tarea de Richard Eyre. Al trabajar con un director del calibre de Richard, se percibe que una de sus excepcionales capacidades, que obviamente proviene de sus años de labor en el ámbito teatral, es la formación de repartos y el trabajo con actores; tiene un sexto sentido en lo referido a quién es el adecuado para cada papel. Desde el principio quería a Liam Neeson, Antonio Banderas y Laura Linney."
La película comenzó la producción en febrero de 2008, y se ha rodado a lo largo de ocho semanas en localizaciones del Reino Unido e Italia, además de los Estudios Ealing.
Richard Eyre explica: "Lo que procuro lograr en esta película es mantener unos cuantos interrogantes en el público, con la asunción de que ya se halla absorbido por las vidas de esos personajes; sin embargo, esas incógnitas no se resuelven nunca y no creo que sea labor del público suministrar conclusiones diáfanas. Sin embargo, hay una reconciliación y un final feliz. Pide algo al público y no lo soluciona por él."
Frank Doelger recuerda sobre la historia: "Me fascinó por un par de razones. Estaba muy interesado en ver una obra cuyo material fuera una historia de amor y un drama que únicamente pudiera funcionar para actores que estuvieran entre los cuarenta y los cincuenta años, ya que sólo podría ser creíble si se tiene a la espalda unos 20 años de vida romántica, pues ahí hay toda una nueva dimensión y riqueza. Al tiempo, también me intrigaba esa cuestión de si es o no posible amar a dos personas simultáneamente y de si, de hecho, hay por el mundo gente para quien una persona no es suficiente, que presenta dimensiones muy diferentes de su persona, lo que signifique que se ven obligados a buscar amor en varios lugares. No se trata únicamente de un idilio pasajero o de atracción sexual; se trata de un personaje que sentía que necesitaba a dos personas para notarse completa. Richard Eyre y Charles Wood han considerado esas ideas y las han convertido en un thriller absolutamente misterioso, tenso, oscuro y psicológico que parece contener cada uno de los elementos que buscamos en este tipo de material."
Tracey Scoffield explica, "Mencioné esta historia a Frank Doelger y le atrapó, suscitando su imaginación. Así las cosas, dado que me estaba muriendo por trabajar de nuevo con Richard Eyre, y que se trataba de una historia para adultos muy interesante, una que tenía un potencial muy fuerte para establecer un régimen de coproducción con fondos europeos, acudimos a Richard y le dijimos: ¿Te acuerdas de ese guión que escribiste? ¿Qué tal si nos das la oportunidad de intentar hacerlo?".

Autores, bibliografía: Tepasmas