Es la primera película de extraterrestres rodada en color con una fotografía casi expresionista cuya historia recuerda la obsesión con una posible invasión del comunismo y, por lo tanto, muy americana; el protagonista es el hijo de una familia típica de Norteamérica, de un pueblo tranquilo en el que nunca ocurre nada, todos se conocen y, cuando sucede el desastre, será el todopoderoso ejército, defensor de los ciudadanos, el que tendrá que intervenir.