55 días en Pekín

55 Days at Peking (1963)

Curiosidades

Charlton Heston ante los problemas de salud del director sugirió que se contratara por 100.000 dólares a Orson Welles, garantizándole que podría salvar la película haciendo una gran historia de espías, desde luego no fue aceptada. El propio Charlton Heston y un escritor realizaban un día antes los guiones que se utilizaban día a día en el rodaje.
En reconocimiento a las facilidades dadas por el Gobierno español para el rodaje del film en las afueras de Madrid, el productor Samuel Bronston hizo un hueco a España entre las potencias ocupantes de China: en la primera escena del film, la bandera rojigualda es izada en la embajada española a los sones de la Marcha Real al igual que hacen ingleses, franceses, alemanes, rusos, italianos, japoneses y americanos en sus respectivas sedes. Además, en otra escena, el embajador español, interpretado por el entonces famoso actor Alfredo Mayo, es tratado de igual a igual por las potencias e incluso hace una breve apología del valor de los españoles en su negativa a abandonar Pekín ante la amenaza de los bóxers. La realidad histórica es bien distinta: En 1900, España salía de una humillante derrota militar ante Estados Unidos, en la que había perdido los últimos restos de su imperio, y podía considerarse cualquier cosa menos una potencia europea a la altura de Gran Bretaña o Francia. Y por supuesto, no disponía de la menor posesión territorial o comercial en China aparte de algunos misioneros desperdigados por las ciudades costeras.
El papel representado por David Niven en la película, en la realidad lo desempeñó el embajador español Don Bernardo de Cólogan y Cólogan.
En el guión original, el personaje de Ava Gardner no moría. Fue Charlton Heston quien, harto del mal comportamiento de la mítica actriz, que siempre andaba borracha y apenas recordaba sus diálogos, exigió que la "mataran" a mitad de la historia para no tener que soportarla durante el resto del rodaje.
Al estreno mundial de la película, que tuvo lugar en Madrid, acudieron los personajes más relevantes de la sociedad española de la época, encabezados por el entonces Príncipe Juan Carlos, así como numerosas estrellas de Hollywood como Rita Hayworth y John Wayne, entre otros.
La cantidad de extras para dicha película fue tal, que el propio productor, Samuel Bronston, sufrió una divertida anécdota. Tras cenar en un restaurante chino, quiso felicitar al cocinero. El camarero le respondió que era algo imposible ya que tanto el cocinero como todos los compañeros que eran de origen oriental se encontraban trabajando como extras en la película "55 días en Pekín".
Fue la última película dirigida por Nicholas Ray, que ni siquiera llegó a terminarla (fué sustituido durante el rodaje por Andrew Marton), a causa de sus desavenencias y problemas personales con el productor, Samuel Bronston. La fatiga de su trabajo y las artimañas de Bronston acabaron con la salud física de Nicholas Ray, el director abandonó el rodaje con certificado médico en la mano.

Autores, bibliografía: Arturo Zafra Sauraman José M. Sánchez Jasonmonk Cinemaníacos